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6. Conclusiones

Tener sistemas masivos de transporte público seguros y confiables contribui-
rá al logro de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) para avanzar hacia

entornos urbanos compactos, equitativos, accesibles, incluyentes y sosteni-
bles. Asimismo, favorecerá la consolidación del nuevo paradigma del siglo XXI,
enfocado en la movilidad urbana sostenible y el abandono del paradigma del
siglo XX, basado en la automovilidad, imaginario que ha perdurado en gran

parte de sociedades latinoamericanas, que siguen sin darle importancia a las
externalidades negativas de contaminación ambiental, ruido, congestión, y si-
niestralidad que genera la motorización individual.
Los sistemas BRT han permitido que 177 ciudades del mundo, entre

las que se cuentan 57 de Latinoamérica, la región con el mayor número, ha-
yan solucionado, en buena medida, la demanda creciente de pasajeros en
el transporte público. Sin embargo, algunos sistemas como Transmetro de
Barranquilla y Metrolínea de Bucaramanga en Colombia, Vivebús de Ciudad

Juárez en México, entre otros, se construyeron de manera aislada, con escasa
integración física, operativa y tarifaria con otros modos de transporte que per-
mitieran brindar un servicio con eficiencia y seguridad.
Desde el nacimiento de los sistemas de BRT en Curitiba, Brasil, y con la

implantación de TransMilenio en Bogotá, ha surgido un falso debate entre los
sistemas masivos tipo metro y BRT. Para salir de esta controversia, se requerirá
que los diferentes modos y capacidades de transporte público estén integra-
dos entre sí y que conformen un solo sistema, controlado, regulado bajo los

principios sistémicos básicos y económicos de complementariedad, transfe-
ribilidad y competitividad.
Para garantizar altos niveles de control y seguridad vial se requerirán
instituciones fuertes, independientes, con fuentes de ingresos que no depen-

dan únicamente de la tarifa, sino de otras fuentes como subsidios a la oferta

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Seguridad y control en Buses de Tránsito Rápido: el TransMilenio